"Pastor, nuestros hijos están dejando la iglesia. No parecen descubrir el valor del evangelio, y eso nos rompe el corazón. ¿Qué debemos restaurar nosotros como la generación mayor?"
Esta es una pregunta sincera de muchos padres y líderes de iglesia hoy en día. Sin embargo, la Biblia ya nos muestra la respuesta en la bendición que Caleb recibió.
En el desierto antes de Canaán, Moisés habló a la nueva generación sobre la bendición de Caleb. A una generación que no conocía el sufrimiento de Egipto, pero que tenía que vivir solo por Cristo - una generación igual que nuestros jóvenes de hoy. Podemos descubrir tres cosas que debemos restaurar en la bendición de Caleb.
Primero, debemos restaurar la visión espiritual para 'ver la buena tierra.' Cuando otros espías vieron gigantes y ciudades fortificadas y tuvieron miedo, Caleb vio la tierra donde Dios va delante de ellos. Una razón por la que nuestros jóvenes dejan la iglesia hoy es porque nosotros, la generación mayor, les mostramos solo actitudes negativas al enfocarnos en problemas y dificultades. La evangelización mundial ya está completada desde la perspectiva de Dios. Primero debemos ver el plan y la esperanza de Dios, y pasar esa visión a la próxima generación.
Segundo, debemos restaurar la vida de 'experimentar a través de la fe.' Caleb recibió la bendición de pisar esa tierra. Para las personas con fe, la respuesta se ve por adelantado. No creemos porque experimentamos, sino que experimentamos a través de la fe. Nuestros jóvenes quieren ver fe genuina de la generación mayor. Debemos mostrarles al Dios viviente a través de alabar incluso cuando las cosas no tienen sentido, y adorar incluso en las dificultades. Nuestras propias vidas deben convertirse en evidencia del evangelio.
Tercero, debemos restaurar la misión de 'levantar la próxima generación.' Así como Dios dio bendiciones a Caleb y sus descendientes, mientras nuestras vidas son temporales, el plan de Dios es eterno. Dios salvará al mundo a través de la próxima generación. Los jóvenes que son marcados con el evangelio desde la infancia harán miles de los pequeños y naciones fuertes de los débiles. No deberíamos simplemente forzarlos a venir a la iglesia, sino ayudar a que 'solo Cristo' sea marcado en sus almas, mentes y subconsciencia.
Los jóvenes que dejan la iglesia no es su problema. Es porque nosotros, la generación mayor, hemos perdido la fe como la de Caleb. La bendición que Caleb recibió es la misma bendición que nosotros hemos recibido. Hay una razón por la que Dios nos ha puesto en esta posición. Primero debemos ser restaurados y vivir vidas que muestren el verdadero valor del evangelio a la próxima generación. Entonces una generación más grande y fuerte que nosotros será levantada para ser usada en salvar el futuro.